Esas bolitas de pelo y de amor con las que compartimos nuestras vidas y espacios, quienes hacen nuestro vivir maravilloso y que existen desde hace miles de millones de años cerca o lejos de nosotros no siempre han gozado de la aceptación que tienen en la actualidad. Estos bellos mamíferos primos lejanos de tigres y leones han tenido desde antaño adeptos y contradictores; ellos que con sus ojos grandes y redondeados todo lo ven, todo lo perciben, ellos que no necesitan hablar para hacerse entender, ellos que en medio de sus soledades y enigmas siempre han estado ahí. Son seres tan maravillosos que en la actualidad se roban más de un suspiro en redes sociales y llenan nuestros móviles de imágenes de amor en las posiciones más increíbles y que con su partida nos llenan de dolor. No siempre tuvieron esta privilegiada posición que les regalamos quienes los amamos y vivimos para ellos. Los descendientes de la bella diosa egipcia Bastet han tenido una evolución a nuestro lado cargada de matices, en la antigüedad fueron dioses venerados e inmortalizados en miles de obras de arte y de escultura, en la edad media fueron satanizados y casi exterminados y en épocas más recientes han pasado a ser desde cazadores solitarios de bodegas de granos hasta exterminadores de roedores y en estos días que estamos poseídos por los medios y la tecnología se han comportado como una de las mascotas más queridas y cercanas, hasta el punto de alcanzar a ser miles de millones distribuidos por todo el mundo.
El gato ha pasado de ser un animal poco valorado, poco cuidado y hasta maltratado a ser un compañero invaluable de nuestras vidas tan aceleradas. Antes no se cuidaban como lo hacemos o intentamos hacer ahora, tenían 7 o 9 vidas las cuales se gastaban en un momento escondiéndose para morir tranquilos como todo felino que no quiere y no debe ser presa de ningún otro ser vivo, ahora con una sola vida pero que con buenos cuidados y bien vivida puede ser muy extensa les hemos brindado todos los mejores cuidados y son parte fundamental de nuestras familias y de nuestro trasegar diario. Ahora más amados que odiados, más adorados que estigmatizados se presentan ante nosotros, sus tutores como esos compañeros que no piden nada a cambio pero que nos lo dan todo, que alegran nuestros días con sus locuras, enigmas e inteligencia y que pisan fuerte y se hacen respetar pero que también nos respetan y nos demuestran todo su amor permanentemente. Debemos conocerlos, aceptarlos y disfrutarlos tal y como son, no podemos humanizarlos ni cambiarles su comportamiento felino, estamos comprometidos a brindarles calidad de vida supliendo todos sus requerimientos médicos, nutricionales y comportamentales, permitirles seguir siendo parte fundamental de nuestras vidas, disfrutarlos y que nos disfruten, cuidarlos y que nos cuiden, que su maravillosa energía siempre nos acompañe ¡Qué vivan los gatos!